Hoy quiero conversar acerca de la postergación de nuestros «Premios», llamada por algunos, gratificación diferida; esto consiste en postergar aquellas cosas que queremos comprar ya, pero aunque tengamos el dinero nos ponemos como premio obtenerlas después de alcanzar una meta. Por ejemplo, ¿cuántos de nosotros hemos hecho un buen negocio y salimos corriendo a comprar un televisor más grande o un reloj o un carro y sencillamente nos quedamos sin dinero? Con esta modalidad no realizarías la compra inmediatamente después de obtener el dinero suficiente, sino después de haber cumplido con una serie de metas u objetivos previamente establecidos.
Uno de los secretos que aprendí de los grandes gurús inmobiliarios es el postergar la gratificación después de metas ambiciosas, por ejemplo, luego de hacer cinco ventas voy y me compro el televisor que quiero, luego de hacer estas cinco ventas voy y viajo al lugar que quiero visitar con mi pareja,o voy y me hago el regalo que quiero hacerme desde hace tres años y que no me lo he permitido. La gratificación diferida es fundamental para tener éxito en cualquier actividad.
Daniel Goleman, en su libro «Inteligencia Emocional» nos narra la experiencia de unos niños que fueron sometidos a un ejercicio sobre postergación del premio. Se les entregó un caramelo con la condición de que si no lo consumían en cierto tiempo, podrían recibir como recompensa un par de caramelos más. Allí se puso a prueba la capacidad de controlar nuestros impulsos por el placer inmediato, en pro de alcanzar un beneficio mayor.
Para terminar quiero recalcar que este método te permite aprender a administrar mejor tus ingresos, a la vez que te motiva a completar la mayor cantidad de objetivos posibles antes de disfrutar mayores beneficios a causa de ello.