Hoy quiero continuar con el tema de los clientes; una vez que conocemos la manera de interpretar a través de lo visual, lo auditivo y lo kinestésico y aprendemos a trabajar con los clientes, es momento de compartir contigo los tipos de compradores más comunes.
El primero es el emocional, lo vas a identificar rápidamente, es el que llega abrazándote y a los diez minutos de haberlo conocido ya conoces todo sobre su familia y sus amigos. Además es muy informal porque se relaciona muy fácilmente con la gente. Este tipo de clientes normalmente necesitan ver muchas cosas y toman decisiones por emoción, pueden estar muy entusiasmados con algo y si los llamas al día siguiente para cerrar una negociación ya no están tan entusiasmados, tal vez porque vieron una noticia o porque algo ocurrió que lo saco de la emoción de compra.
El segundo comprador es el impetuoso, estos detestan la impuntualidad, no quieren muchos detalles, quieren que les muestres rápido el producto o servicio, quieren saber el precio, son capaces de entrar a un lugar, dar un vistazo y decir “este es” y cuando toman una decisión nadie puede revocarla, son autoritarios, imponen el ritmo de la compra y normalmente son leales; debes tener cuidado pues les gusta tener el control.
El tercer cliente es el detallista, y ojo con este, pues está pendiente de todo, es muy cuidadoso de los detalles y es sencillo identificarlo, observa cómo se viste, el detallista siempre esta combinado de pies a cabeza.
Y el cuarto tipo de cliente es el aterrizado, este es el que mide paso a paso cada acción que va a dar, es muy cauteloso, muy precavido, no quiere pasos en falso, no quiere tomar riesgos, es muy medido y normalmente su trato es muy pausado, no es muy efusivo y es mucho más pausado a la hora de tomar una decisión.
En resumen, debes conocer cada tipo de cliente de manera que puedas adecuarte a cada uno de ellos, reconocer que cada uno tiene su temperamento, su propio criterio y estándares para tomar sus decisiones ¿Cuál es la ventaja de manejar esta información? Que al saber el tipo de cliente frente a nosotros podemos adecuarnos a su lenguaje e identificar la mejor forma de acerarnos a ellos.