Planificación Financiera Personal
En este artículo hablaremos sobre un punto fundamental cuando inicias tu carrera como independiente y sobre todo como asesor inmobiliario.
Por tradición nos han formado con el paradigma del 15 y 30, nos educaron para entrar a una universidad, buscar un empleo que nos garantizara seguridad, un ingreso que pudiéramos prever, y eso nos ha creado un paradigma acerca de la prosperidad y la abundancia que es: “lo que gano determina lo que yo puedo gastar.” Por ejemplo, si ganamos $100 entonces, administramos esos $100 entre los pagos de servicios, el carro, la alimentación, colegio de nuestros hijos, las salidas recreativas, y a final del mes no nos queda mucho, porque sencillamente nos convertimos en administradores del ingreso que ya es previsible, de alguna manera no hay sorpresas, así que, buscamos administrar cada moneda que entra en nuestro presupuesto.
Al ingresar en el corretaje inmobiliario ese paradigma ya no nos funciona, no nos va a ayudar, tenemos que cambiar el chip, la manera de ver la prosperidad y la abundancia, y tiene que entenderse el nuevo patrón que sería “lo que yo quiero, lo que me propongo, determina lo que gano.”
El trabajar a través de la asesoría inmobiliaria, te permitiría ampliar esos viejos patrones, tener la libertad de realizar un plan y decir “yo este año deseo y me propongo, por ejemplo, cambiar el carro, pagar mis deudas, hacer ese viaje con mi familia o sencillamente irme de compras para cubrir algunas necesidades que tengo” eso a su vez, determinaría lo siguiente: ¿qué tengo que hacer? ¿cuánto tengo que vender? ¿cuánto me tengo que esforzar? para qué a través de ese plan de trabajo puedas generar esas ganancias y de esa manera te permita alcanzar lo deseado.
Es importante entender que esta no es una actividad económica para probar o para tenerla como un hobby; para nosotros, quienes lo ejercemos como profesionales, podemos comprender que tenemos control absoluto de nuestras finanzas en el futuro.
La mayoría de las personas no construyen un presupuesto, lo que hacen es llevar un registro de algunos de sus gastos y eso no es un presupuesto. Tener un presupuesto es planificar tu año, llevar, por ejemplo, en una hoja de cálculo, todo lo que deseas generar e invertir, incluyendo cambiar el carro, pagar los seguros, el colegio de sus hijos, quizás alguna actividad que quieras realizar en particular, como un curso o un programa de formación; eso lo debes plasmar en una hoja y al mismo tiempo te preguntas ¿Cuánto cuesta? Esto te dará los números para tu presupuesto.
La experiencia nos ha demostrado que las personas que se planifican comenzando el año, organizan esa serie de metas, las llevan a un presupuesto y luego las ejecutan según un plan de acción, los lleva al número de ventas necesarias en el año para alcanzar esos resultados y ¡se disparan!
Entonces, no es solamente tener el presupuesto, es tener un plan de acción, es conocer cuántas ventas necesitas generar para tener eses estilo de vida que deseas, de eso se trata, de tener un nuevo panorama financiero en tu vida, que te permita conectarte con lo que deseas alcanzar, y no solamente con distribuir lo poco que hoy día estás generando con seguridad a través de lo que estás haciendo. De esta manera me permito darte 3 recomendaciones claves para mejorar tu planificación financiera, y por supuesto, tus resultados financieros:
Lo primero es ahorrar, y ahorrar tiene que ver con pagarte a ti primero por tu trabajo y luego hacerlo en moneda fuerte, que se mantenga a pesar de la devaluación y la inflación.
La segunda es estar asegurado, esto te dará la tranquilidad de saber que tu familia y tu patrimonio están protegidos, y no cargar con esa energía que te consuma de sentir lo contrario, que de alguna manera te robaría la atención para poder enfocarte en la parte creativa en tu negocio.
La tercera recomendación tiene que ver con fijarte metas ambiciosas, alcanzables, con fechas, medibles y que hagas un plan de acción financiero para alcanzarlas, y tiene que ver con el número de ventas, de visitas, de clientes que tienes que atender diaria o semanalmente, el número de cierres efectivos que puedes lograr en un tiempo definido por ti, eso al final definirá cuál será el resultado financiero de tu año.
Ahora bien, otro punto clave con el que quiero cerrar, es el de la postergación, el diferir la gratificación, lo llaman algunos “postergación diferida.” Postergar aquellas cosas que deseamos comprarnos, y aunque tengamos el dinero para hacerlo, nos lo ponemos como premio después de alcanzar una meta, por ejemplo, ¿Cuántos de nosotros hemos hecho un buen negocio y salimos corriendo a comprar el televisor más grande, un reloj o un carro? Y sencillamente nos quedamos sin dinero.
Uno de los secretos que aprendí de los grandes gurús inmobiliarios, es que se posterga la gratificación después de metas ambiciosas, entonces, por ejemplo, luego de realizar 5 ventas, vamos y nos compramos el televisor que queremos o viajamos al lugar que deseamos, vamos y nos damos ese regalo que deseábamos hacernos desde hace un tiempo y que no nos habíamos permitido. La gratificación diferida es importante para tener éxito en el negocio inmobiliario o en cualquier otra actividad.
Finalmente, lo resumo en estos 4 aspectos: ahorrar en primer lugar, estar asegurados, trazarte metas ambiciosas, aplicar la gratificación diferida para luego después de cumplir tus metas, esos objetivos que te has puesto como premio de tu trabajo. Si sigues al pie de la letra con un presupuesto, con un plan anual, en función de entender cuántas ventas te separan de esas cosas que deseas lograr este año, te va a ir mucho mejor.