Continuando con la temática del emprendimiento, hoy quiero explorar contigo las 3 formas más conocidas, tomadas del libro de Robert Kiyosaki «Padre Rico, Padre Pobre»
La primera manera es siendo un auto empleado y es la más común, si eres bueno haciendo algo y te animas a comenzar tu propia empresa. Quien es bueno en su actividad decide formar un negocio; por ejemplo un taller de costura y manualidades o tal vez mecánica automotriz. En esta forma de emprendimiento los resultados dependen de ti y nadie más. Si estas presente los resultados se dan, si no estás los resultados no existirán. Todo depende 100% de tu esfuerzo pues serás quien abra y cierre el negocio, quien saque las cuentas, pague la nómina y compre y pague a los proveedores. Es la opción que la mayoría de la gente toma cuando descubre un talento o capacidad.
La segunda manera es emprender es creando una plataforma de recursos, sistemas y personas a trabajar entre sí para generar un resultado. Aca los resultados no dependen necesariamente de tu presencia física para ser alcanzados. También puedes optar por ser parte de un sistema ya creado como una franquicia por ejemplo y apalancarte para lograr en menos tiempo los resultados.
Por último está lo que tal vez muchos quieren llegar a ser, convertirse en inversionista. Kiyosaki, a quien tuve la oportunidad de conocer en el año 2006 en una convención en Nueva York, dice “la ideal manera de ser libre financieramente es siendo inversionista”. Se trata de colocar dinero a trabajar para ti, articulando empresas que son conformadas por personas y sistemas en un todo que genera resultados exponenciales. También se puede generar libertad financiera a través de la inversión en propiedades que producen renta mensual. En este sentido, las inversiones inmobiliarias pueden llegar a ser la opción más efectiva para construir una plataforma que nos permita emprender nuevos proyectos.